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martes, 5 de agosto de 2008

SOBRE EL SILENCIO IMPUESTO A LOS DEPORTISTAS OLÍMPICOS



El Presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, de acuerdo con lo exigido por el Presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, ha advertido a los deportistas españoles que, si realizan declaraciones de contenido político, serán expulsados de los Juegos. Increíble. 


Yo pensaba que el espíritu deportivo y olímpico albergaba en su esencia el fin de hacer más grandes a las personas, tanto en su dimensión individual como en la social; pero no es así. El hecho, por ejemplo, de que la libertad de expresión en China brille por su ausencia no es asunto de interés, porque, como ha afirmado Alejandro Blanco, "es el momento del deporte; el de la política será otro". Eso es mentira. Es el momento del negocio perfecto en el que mucha gente se llenará los bolsillos, y por eso no se permiten declaraciones comprometidas y comprometedoras.

Luego nos pondrán las bellas imágenes de Berlín 36 en las que el atleta negro Jesse Owens es felicitado por el alemán blanco Lutz Long tras la finalización de la prueba de salto de longitud. Sin duda, es uno de los grandes momentos de la historia olímpica; pero lo es precisamente por los valores humanos que representa. Ahora, sin embargo, se prohíbe hablar de política. Como si lo único importante fueran las medallas.

lunes, 19 de mayo de 2008

EL MINUTO MÁS RECORDADO DE LA LIGA DE FÚTBOL 2007-2008: MINUTO DE SILENCIO EN SAN MAMÉS

Se acabó la liga de fútbol de primera división.

Seguramente, el momento más recordado de la misma será el pasillo del Barcelona al Real Madrid tras alzarse este último con el campeonato; o puede que los aficionados se queden con los instantes siguientes a la consumación del descenso del Zaragoza.

Sin embargo, yo siempre me quedaré con el minuto de silencio en San Mamés en memoria de Isaías Carrasco, el primero que se ha guardado en dicho estadio por una víctima de ETA. Tal minuto, por los silbidos de algunos, se quedó en ocho segundos; pero a mí me reconfortaron.

El deporte en general (y ciertos clubes y deportistas en particular) me parece tan sumamente grande en su esencia que no concibo que pueda desentenderse de la realidad circundante.  Comentarios como "no hay que mezclar deporte y política" me resultan carentes de todo sentido. La política es el intento de los seres humanos por vivir en sociedad de la forma más humana posible; y, teniendo en cuenta que el deporte no puede ser otra cosa que un camino de crecimiento personal y social, está claro que no ha de quedar al margen de la injusticia.

La grandeza de las personas y de las instituciones debe medirse por su aportación al conjunto de la humanidad. Si esa aportación se queda simplemente en trofeos conquistados, será una pena; porque ya sabemos que el hecho de que la dichosa pelotita entre o no entre es una cuestión relativa, mientras que el hecho de que una persona sea asesinada por otra, enterrando (nunca mejor dicho, tristemente) el derecho a la vida y la libertad de expresión, no es de importancia relativa, sino un asunto de máximo interés general y que debe ser condenado sin tapujos. Por supuesto, también desde el deporte.

Los niños, que llevarán las riendas de esta sociedad en el futuro, merecen los más extraordinarios ejemplos de valores, conducta e implicación en la mejora del mundo. Si el deporte y los deportistas olvidan (olvidamos) esto, estaremos creando un deporte vacío y, desde luego, infiel a su vocación de servicio a la dignidad humana.

domingo, 13 de enero de 2008

TORNEO DE FÚTBOL SALA "DEPORTE Y CONVIVENCIA"



Creyentes de diferentes confesiones (cristianos católicos, cristianos evangélicos, hindúes, judíos, musulmanes sunníes, musulmanes chiíes y seguidores de Buda) y no creyentes (tanto ateos como agnósticos), hombres y mujeres, hemos decidido unirnos y formar, entre todos, sin distinción de sexo ni de creencia, cuatro equipos para disputar un torneo de fútbol sala con fines de convivencia deportiva y social, así como de defensa de principios éticos fundamentales. El evento tendrá lugar en el pabellón del polideportivo de Arroyo de la miel (Benalmádena, Málaga) el domingo 13 de enero de 2008 a partir de las 11:oo horas. Agradecemos al ayuntamiento de dicha localidad la cesión gratuita de sus instalaciones deportivas.


Manifiesto

Todos los participantes en este torneo estamos de acuerdo en que justificar los actos más salvajes por motivos religiosos, como si la violencia formara parte de la esencia de la religión, es algo repugnante.

Afirmamos, igualmente, que los derechos humanos, incluyendo la libertad de expresión y de culto, deben ser respetados en cualquier lugar del mundo. La paz, el respeto a las minorías religiosas o no religiosas, la no agresión, así como la convivencia entre personas de diferentes religiones, razas y culturas (por muy minoritarias que puedan resultar en un territorio determinado) deben ser pilares de la idea de sociedad de todos los auténticos creyentes, sea cual sea su confesión, y de todas las personas de bien que no se consideren creyentes. Todos los seres humanos son iguales en derechos y deberes, y merecen el mismo respeto.
Expresamos también nuestro deseo de que se cumplan los objetivos del milenio, los cuales fueron fijados por la organización de las naciones unidas con el fin de que todos los seres humanos del mundo disfruten de unas condiciones de vida dignas. Consideramos, por tanto, que la solidaridad y la justicia social son básicas en las relaciones humanas, tanto nacionales como internacionales.

Hemos escogido la vía del deporte porque pensamos que éste, siempre que sea auténtico deporte, es un medio magnífico para transmitir un mensaje de respeto y acercamiento entre los diferentes pueblos, culturas e ideologías. Así pues, creemos en un deporte sano, limpio, respetuoso con los valores fundamentales de la convivencia, defensor de los mismos y ajeno por completo a cualquier muestra de violencia, física o verbal.
En definitiva, sí a la libertad, a la paz, a la convivencia, a la solidaridad, al cumplimiento de los objetivos del milenio y a un deporte limpio; no a la violencia, ya sea violencia en el deporte, violencia de género, violencia en nombre de cualquier religión, violencia en nombre de una idea o fin políticos, o cualquier otra de sus execrables manifestaciones.