Creyentes de diferentes
confesiones (cristianos católicos, cristianos evangélicos,
hindúes, judíos, musulmanes sunníes, musulmanes chiíes y seguidores
de Buda) y no creyentes (tanto ateos como agnósticos), hombres y mujeres, hemos
decidido unirnos y formar, entre todos, sin distinción de sexo ni de creencia,
cuatro equipos para disputar un torneo de fútbol sala con fines de convivencia
deportiva y social, así como de defensa de principios éticos
fundamentales. El evento tendrá lugar en el pabellón del polideportivo de
Arroyo de la miel (Benalmádena, Málaga) el domingo 13 de enero de 2008 a
partir de las 11:oo horas. Agradecemos al ayuntamiento de dicha localidad la
cesión gratuita de sus instalaciones deportivas.
Manifiesto
Todos los participantes en este torneo estamos de acuerdo en que justificar los
actos más salvajes por motivos religiosos, como si la violencia formara parte
de la esencia de la religión, es algo repugnante.
Afirmamos, igualmente, que los derechos humanos,
incluyendo la libertad de expresión y de culto, deben ser respetados en
cualquier lugar del mundo. La paz, el respeto a las minorías religiosas o no
religiosas, la no agresión, así como la convivencia entre personas de
diferentes religiones, razas y culturas (por muy minoritarias que puedan resultar
en un territorio determinado) deben ser pilares de la idea de sociedad
de todos los auténticos creyentes, sea cual sea su confesión, y de todas
las personas de bien que no se consideren creyentes. Todos los seres humanos
son iguales en derechos y deberes, y merecen el mismo respeto.
Expresamos también nuestro deseo de que se cumplan
los objetivos del milenio, los cuales fueron fijados por la organización de las
naciones unidas con el fin de que todos los seres humanos del mundo disfruten
de unas condiciones de vida dignas. Consideramos, por tanto, que la solidaridad
y la justicia social son básicas en las relaciones humanas, tanto nacionales
como internacionales.
Hemos escogido la vía del deporte porque pensamos que éste, siempre que sea
auténtico deporte, es un medio magnífico para transmitir un mensaje de respeto
y acercamiento entre los diferentes pueblos, culturas e ideologías. Así
pues, creemos en un deporte sano, limpio, respetuoso con los valores
fundamentales de la convivencia, defensor de los mismos y ajeno por completo a
cualquier muestra de violencia, física o verbal.
En definitiva, sí a la libertad, a la paz, a la
convivencia, a la solidaridad, al cumplimiento de los objetivos del milenio y a
un deporte limpio; no a la violencia, ya sea violencia en el deporte, violencia
de género, violencia en nombre de cualquier religión, violencia en nombre de
una idea o fin políticos, o cualquier otra de sus execrables manifestaciones.