Alguna
vez he mostrado ya mi disconformidad con las sanciones a los árbitros por
sus errores de apreciación. Ahora, con la sanción impuesta a Pérez Burrull y a
uno de sus asistentes tras el encuentro Atlético de Madrid-Valencia, insisto en
el tema.
Todas
las semanas, en todos los partidos, se cometen errores de apreciación por
parte de los árbitros, como los jugadores fallan ocasiones clamorosas o
pierden balones sin que un contrario los presione. Todo lo expuesto es
inevitable, e imponer una sanción por algo inevitable es absurdo e injusto. Si
el Comité de Árbitros ha decidido sancionar al compañero Pérez Burrull, espero
que mantenga la medida en las jornadas venideras, es decir, que sancione a
todos los árbitros de España, pues todos se equivocan. Lo contrario sería
hacer una irracional distinción entre errores cometidos en unos
partidos y en otros (según la trascendencia mediática), o entre errores
cometidos en las áreas y los que afectan a otras partes del terreno de
juego.
El
Comité puede y debe, a final de temporada, mostrar una tabla
clasificatoria de sus colegiados a fin de que asciendan a categoría superior
los mejores y desciendan los peores (cosa nunca fácil de determinar y
siempre polémica, pero este es otro cantar). Pero lo que no puede hacer, a mi
juicio, es precisamente lo que ha hecho. Sería como retirar de la competición
durante unas jornadas a los equipos que pierden casi siempre.